¿Sabes qué tienen en común los hongos y los insectos? ¡Descúbrelo aquí!

qué tienen en común los hongos y los insectos

Al principio, podrías pensar que hongos e insectos son mundos completamente distintos dentro del reino biológico. Uno es un conjunto de seres diminutos que revolotean, corren o saltan, mientras que el otro es una masa muchas veces estática que crece en lugares húmedos y oscuros. Pero, a nivel biológico, hongos e insectos tienen relaciones sorprendentes y simbióticas que nos demuestran cuán interconectados están los seres vivos en la naturaleza. Así que, si te preguntabas qué tienen en común los hongos y los insectos, ¡te invitamos a explorar estas conexiones!

Simbiosis y dependencia mutua entre hongos e insectos

Los hongos, con su diversidad de formas y funciones, han encontrado maneras de coexistir con otros organismos, y los insectos no son la excepción. Uno de los principales elementos que tienen en común los hongos y los insectos es la simbiosis. Por ejemplo, las termitas son bien conocidas por su dieta basada en la madera.

Lo que muchos no saben es que, por sí solas, estas termitas no pueden descomponer la celulosa, el principal componente de la madera. En su interior llevan consigo hongos simbióticos que les ayudan en este proceso. Estos hongos transforman la madera en nutrientes asimilables, alimentando no solo a las termitas, sino también prosperando por sí mismos en este ambiente protegido. Lo mismo ocurre con ciertos escarabajos, que albergan hongos en estructuras especializadas de sus cuerpos para descomponer materia vegetal.

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El cordyceps y la “zombificación” de insectos

El género cordyceps es, sin duda, uno de los más intrigantes del reino fungi, ya que ha desarrollado una estrategia de vida parásita que parece sacada de una novela de ciencia ficción. (No por nada The Last of Us plasmó una idea distópica de lo que podría hacer el cordyceps en humanos).

Estos infectan a los insectos y, con el tiempo, toman el control total de sus cuerpos. Al infectar a su huésped, el hongo guía al insecto hacia un lugar óptimo para su propio crecimiento y reproducción. Una vez que ha encontrado el lugar perfecto, el hongo brota del cuerpo del insecto, matándolo en el proceso y liberando esporas para infectar a más insectos. Aunque pueda sonar un poco aterrador, es una impresionante muestra de cómo la naturaleza encuentra maneras de asegurar la supervivencia de las especies.

Sin embargo, no todo es fatalidad. Algunas variedades de cordyceps son muy valoradas en la medicina tradicional, especialmente en Asia. Este sería el cordyceps militaris, cuyas propiedades fortalecen el sistema inmune y aumentan la energía. Debido a esto, suele ser utilizado por deportistas o personas que tienen un alto rendimiento físico. De todas formas, cabe señalar que los beneficios del cordyceps militaris son muchísimos más.

Relaciones de defensa por parte de los hongos

No todas las interacciones entre hongos e insectos son cooperativas o parasitarias. En muchos casos, es una carrera armamentística. A lo largo de su evolución, algunos hongos han desarrollado defensas químicas para repeler o dañar a los insectos que podrían querer alimentarse de ellos.

Estos compuestos, a menudo tóxicos, sirven como una barrera protectora. Pero la naturaleza siempre está en movimiento. Algunos insectos han evolucionado para resistir estos venenos o, en algunos casos, incluso para utilizarlos en su propio beneficio. Estos insectos no solo se alimentan de hongos sin sufrir daños, sino que también pueden acumular sus toxinas y usarlas como un mecanismo de defensa contra los depredadores.

Un buen ejemplo de la relación defensiva entre hongos e insectos es el de las hormigas cortadoras de hojas y los hongos que cultivan. Esta es una relación simbiótica muy especial, pero también hay elementos defensivos involucrados. Dichas hormigas, pertenecientes a los géneros Atta y Acromyrmex, llevan a cabo una agricultura muy especializada. Cortan pedazos de hojas y los llevan a sus nidos, donde los usan no como alimento directo, sino como sustrato para cultivar hongos que les sirvan de alimento. Estos pertenecen principalmente al género Leucoagaricus y se han coevolucionado con las hormigas para su supervivencia.

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Sin embargo, esta relación idílica se ve amenazada por otro hongo, el Escovopsis, un patógeno que ataca y consume al hongo cultivado por las hormigas. Las hormigas han desarrollado estrategias defensivas contra este invasor. Una de estas estrategias es la relación simbiótica con una bacteria, Pseudonocardia, que vive en la superficie de su cuerpo. Esta bacteria produce antibióticos específicos que inhiben el crecimiento de Escovopsis, protegiendo así el cultivo de hongos de las hormigas.

Aquí vemos una compleja red de interacciones en la que las hormigas protegen su cultivo de hongos de un patógeno utilizando bacterias que producen compuestos defensivos. A su vez, estos hongos cultivados son vitales para la dieta y supervivencia de las hormigas.

Entonces, ¿qué tienen en común los hongos y los insectos?

Como puedes ver, al sumergirnos en su mundo microscópico y ecosistémico, descubrimos que comparten numerosas interacciones simbióticas y evolutivas que los hacen más conectados de lo que parece. Desde las relaciones mutualistas, donde ambos organismos se benefician, hasta las parasitarias, donde uno se beneficia a expensas del otro, estos dos grupos han coevolucionado en complejas danzas de adaptación.

Pero no solo en la naturaleza se ven estas conexiones. En la medicina tradicional y contemporánea, los hongos adaptógenos han ganado reconocimiento por sus propiedades beneficiosas para el bienestar humano. Estos hongos, entre los que encontramos ejemplares como el shiitake, cola de pavo, chaga y melena de león, han sido usados desde tiempos ancestrales en la medicina oriental debido a sus propiedades que ayudan a equilibrar y mejorar la salud, entre otros beneficios.

Para explorar más sobre este intrigante mundo y conocer cómo los hongos pueden ser beneficiosos para tu bienestar, te invitamos a descubrir nuestro catálogo en Bazar Fungi. Aquí encontrarás una amplia variedad de hongos adaptógenos que han sido valorados y utilizados a lo largo de la historia por diversas culturas. ¡Déjate sorprender por su poder y conexión!

*Recordamos que en Bazar Fungi ofrecemos hongos funcionales que no son de tipo alucinógeno ni psicodélico. Los productos naturales en Bazar Fungi no son medicamentos ni los reemplazan.